La Cuaresma y el Bacalao son dos conceptos que están estrechamente ligados a un periodo que se extiende desde el Miércoles de Ceniza hasta el Domingo de Resurrección. Cuarenta días marcados en el calendario cristiano en el cuál se debe ejercer la preparación espiritual de la fiesta de la Pascua. Por lo tanto, un tiempo en el que el ayuno y la abstinencia es una obligación católica donde la carne pasa a un segundo plano, para ser reemplazada por alimentos como el pescado, las legumbres, las verduras o los dulces manjares típicos de esta época.
Llegados a este punto, el bacalao siempre ha sido el alimento estrella de la gastronomía típica de Cuaresma, un plato con el que podemos suplir el aporte nutritivo de la carne.
Las ventas de bacalao en Semana Santa pueden llegar a alcanzar un 70% más con respecto al resto del año.

¿Por qué el bacalao y no otro pescado?
La razón de elegir el bacalao y no otro pez viene dado porque se trata de un pescado que, además de su fácil conservación y sus múltiples formas de preparación, podría estar más al alcance de los bolsillos a la hora de comprarlo.
Por otro lado, otros sitúan esta elección ligada a una representación gráfica de este periodo de cuaresma llamada la “La Vieja Cuaresma”. Se trata de la figura de una anciana con cierto aspecto desagradable, siete piernas (uno por cada semana de penitencia) y que portaba en una de sus manos una cesta con verduras y en la otra un bacalao. Un reclamo, que de alguna manera también sirvió como susto para que los más pequeños comieran pescado alertados por la frase: “¡Si comes carne vendrá la Vieja Quaresma y se te llevará!”
El bacalao, un pescado muy versátil
El Gadus morhua, más conocido como bacalao, es un tipo de pescado blanco que vive en mares fríos y que cuenta con una gran de variedades. Físicamente se caracteriza por tener un cuerpo esbelto y alargado de color rojizo, verdoso o gris claro, con una línea blanca curvada en sus laterales. Cuenta con tres aletas dorsales, tiene una barbilla puntiaguda en la mandíbula inferior y unas escamas muy pequeñas.
Podemos encontrar presentaciones diferentes de este manjar: bacalao fresco, ahumado y seco. Asimismo, se puede comprar entero o en partes: lomos, desmigao, palitos, tacos… todo dependerá de la receta que queramos preparar entre las miles que nos ofrece.
Pero lo importante del bacalao está en el interior y en todos los beneficios que nos puede aportar su ingesta. Además de ser apreciado por su carne, se da mucha importancia al aceite de su hígado, al ser muy rico en ácidos grasos Omega-3, que reducen el colesterol; así como en vitamina A y vitamina D. Es uno de los pescados con un porcentaje de grasa más bajo, por lo que es muy recomendable para seguir una dieta sana y cuidar nuestra salud.
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